martes, 16 de diciembre de 2008

Reflexión

La vida es curiosa.. Hay ocasiones en las que nos cruzamos con personas que pasan de manera fugaz por nuestras vidas, y pensamos que no van a tener ningún tipo de repercusión o importancia en ella, gente de la que crees haberte olvidado enseguida..
De repente, un día, vuelven a cruzarse en tu vida de una forma inesperada. Y te quedas pensando ¿casualidad?, ¿destino?, ¿algún deseo oculto en nuestro pensamiento mas interno?... Y piensas si esa persona no sería realmente mas importante de lo que creías, si no la andabas buscando en tu subconsciente de alguna manera, pero... ¿Será la misma persona o habrá cambiado con el tiempo?, es difícil saberlo.
Las personas cambian, es cierto, pero yo creo que en el fondo todos tenemos un pequeño ser (el auténtico ser) que está incrustado en nuestra alma y que por mucho que lo intentemos no lo podremos cambiar. Es nuestro yo mas intrínseco, forjado en una mezcla de personalidad, vivencias, creencias, lugar de nacimiento, desarrollo personal... Ese pequeño ser que habita en nuestro interior es inamovible, y no hay error mas grande que intentar cambiarlo, pues estaremos autodestruyendo a la persona y a nosotros mismos.
Un consejo mañanero, no intentes cambiar a nadie, pues tan solo conseguirás hacerle daño y hacerte daño tu también. No te engañes, el ser humano es así por naturaleza, la gente no cambia. Si alguién es malo lo será siempre, si alguien tiene buen corazón, lo tendrá siempre...
Lo importante es saber de que tipo de personas quieres tú rodearte.

4 comentarios:

- YOGUR - dijo...

No estoy del todo de acuerdo, aunque en términos generales cada uno es como es y no hay vuelta de hoja, si que hay una forma de cambiar y es queriendo hacerlo (Aunque la mayoría se conforma con ser como es y eso a veces ya de por si es bueno porque la persona desde un principio merece la pena pero también hay a quien no le vendría mal replantearse su vida). Sólo la fuerza de voluntad logra esos cambios, desde luego no las imposiciones, aunque también hay otra forma de cambiar y es viviendo una experiencia traumática (Aunque eso no es precisamente lo más aconsejable)

En fin, que ya sabes que siempre te comento sobre lo que escribes pero a lo que venía realmente ahora es a desearte unas felices fiestas navideñas.

Un besazO! ;p

Noelia dijo...

Hola Abraham!! ya estoy de vuelta después de unas mini vacaciones en mi tierra que me han servido para divertirme como una enana y regresar con las energías renovadas.

Supongo que cuando escribo no puedo dejar de basarme en experiencias personales y hechos que han influido en mi vida.

En mis relaciones, he comprobado que intentar cambiar a las personas no es bueno, no es bueno para la persona y no es bueno para uno mismo, pues estamos intentando en cierta medida anular parte de su ser y al final todo acaba fatal y se va al garete.

De todas formas creo que todo depende de la madurez que cada uno tenga, y de lo que estemos dispuestos a hacer por la persona amada ¿no crees?

Feliz navidad y Año nuevo para ti también mi fiel lector lacteo!

Felicituri dijo...

Siempre he pensado que la única forma de cambiar al otro es amándol@, pero a veces es muy difícil justo por todo lo que muy bien comentas... Muy difícil. Yo creo que solo los grandes son capaces de amar así ¿no crees?

- YOGUR - dijo...

No me refería tanto a cambiar a otras persona como a poder cambiar uno mismo si se desea, lo de intentar cambiar a los demás es contraproducente, entre otras cosas porque primero hay que mirarse uno mismo. A ver si quien va a necesitar el cambio eres tú y no los demás...

Todos tenemos cosas que nos gustaría mejorar y si se tienen ganas de ello, al menos en un cierto porcentaje, se puede cambiar. La base permanecerá porque cada uno se ha ido forjando la personalidad según sus vivencias pero algunos aspectos se pueden limar y mejorar. El quid de la cuestión es tener la fuerza necesaria para ponerse a ello.