sábado, 17 de febrero de 2007

La noche cayó en silencio,
la música empezó a tocar,
las sombras ya se acercan,
a mi puerta a llamar.

Los sueños se evaporan,
la vida se me va,
más no siento el calor,
que esta manta me da.

Ya llegan, ya llaman,
ya la hora me llegó,
pues ni lágrimas, ni vacío,
siento yo en mi corazón.

No temáis, yo os ruego,
no rezeis, yo os pido,
pues la muerte es el frío,
que siento gritar en mi oído.

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