jueves, 26 de febrero de 2009

Después de la tormenta llega la calma.

Hoy, como tantas otras tardes, venía conduciendo hacia el trabajo.
Mirando al horizonte de repente sentí una inmensa paz. Ni siquiera se porqué, pero respiré profundamente y mi cuerpo experimentó una sensación que me recorrió desde los pies hasta
la cabeza, una calma total fusionó mi cuerpo y mi mente y por un segundo deseé quedarme en ese instante para siempre.

Bajando por la carretera vieja, a la altura de la fábrica de cerveza, se ve el mar. Ese inmenso y profundo océano que nos lleva hacia ninguna parte, una calma total y absoluta que me transporta a un estado de felicidad plena.

Esta mañana amaneció soleado, como cualquier dia de verano. De repente, un montón de nubarrones se posaron en el cielo y empezó a llover con fuerza. Y cuando parecía que todo era gris y que ya no volvería a lucir el sol, una ráfaga de viento se llevó las negras nubes y apareció un arcoiris que rodeó todo el cielo de este a oeste.

Entónces me di cuenta de que, aunque a veces todo nos parece negro y no vemos la salida, al final la tormenta se acaba algun dia, y luce de nuevo el sol, volviendo consigo la paz interior.


No hay comentarios: