
Una realidad que nunca es como se espera. De vuelta me encuentro, derrochando las ultimas horas antes de mi regreso al mundo de los mortales.
Esta mañana he visitado aquel lugar donde casi siempre reina el silencio. Buscaba algo que no encontré, tal vez porque no desea ser encontrado, así que dejé mis ofrendas al señor marinero y me senté, a esperarte... a esperar el viento, a buscar mi momento de paz, pero, como era de suponer, tú no apareciste.
Quisiera poder controlar mi mente, mi alma, mi corazón... controlar todo mi ser hasta tal punto de ser capaz de ser fría y caminar sin mirar nunca atrás. Pero, como eso es imposible, me limitaré a recordar las cosas buenas que compartimos y seguir con mi vida, con mi camino. Ese camino que un día deseaste compartir a mi lado.
Ahora solo Dios sabe si alguna vez volveré a verte. Mientras tanto, te esperare sentada en aquel banco de piedra, frente al señor marinero.
2 comentarios:
bonita entrada, pero ha pasado algo???
Hola Noe... Tranquila, por aqui todo sigue bien. Quiero aprovechar para pediros que no os toméis a pecho todo lo que aqui escribo, simplemente son historias que leo, que me cuentan otras personas... Es decir, que no siempre tienen que ver conmigo misma.
De todas maneras, agradezco vuestra preocupación, y sobre todo me alegra que te guste.
Muchos besos preciosa, me alegra verte de nuevo por aquí.
Publicar un comentario